Valdebebas tiende un puente aeronáutico hacia Barajas
El nuevo desarrollo urbanístico de la capital quedará unido a la T-4 de Barajas por medio de un puente de diseño
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
21/06/2007.- La T-4 del aeropuerto de Barajas, una obra diseñada por Richard Rogers en colaboración con el estudio de arquitectura de Carlos Lamela, se ha convertido en uno de los emblemas del nuevo Madrid de las gigantescas infraestructuras y los edificios singulares. El aeropuerto será uno de los 21 en todo el mundo capacitado para acoger al A-280, el avión más grande del mundo, creado por Airbus y que empezará a operar en los próximos meses, después de iniciar ya sus vuelos de prueba.
Para tan magna obra, se ha decidido crear un entorno adecuado que no desmerezca el esfuerzo hecho en la ampliación del aeródromo madrileño. Con ese fin, el Consejo Rector de la Junta de Compensación del Parque Valdebevas realizó un concurso de ideas para el diseño y la ejecución de un puente singular que uniera la T-4 con esta nueva zona de la ciudad. El proyecto elegido ha sido el elaborado por el ingeniero de caminos Francisco Millanes, catedrático de puentes metálicos de la Escuela de Caminos de Madrid, junto con los arquitectos Francisco Domouso, Emilio Rodríguez y Lorenzo Fernández-Ordoñez, profesores de la Escuela de Arte y Arquitectura de la Universidad Europea de Madrid y la ingeniería Ideam.
La nueva infraestructura se elevará sobre la autopista M-12, mediante una plataforma de 150 metros entre estribos. El jurado, presidido por José antonio Torroja y Florentino Santos, ha elegido el proyecto con la intención de que el puente se convierta en una suerte de carta de presentación del concepto urbano del propio Parque de Valdebebas. Como icono representativo de uno de los desarrollos urbanísticos más recientes de la capital, se quiere que el puente sea una seña de identidad entre dos futuros hitos urbanísticos y arquitectónicos como son el Campus de Justicia de la Comunidad de Madrid y la nueva Ciudad Deportiva del Real Madrid, como ampliación de los Recintos Feriales y la más moderna terminal del Aeropuerto de Barajas.
La futura vía combina, según el jurado que seleccionó el proyecto ganador, la ambición en el diseño, la innovación en los materiales y en la concepción formal, la tipología estructural y el proceso constructivo, en una apuesta rigurosa por la confluencia entre formas arquitectónicas y ortodoxia estructural.
El puente también mantiene cierta coherencia con el diseño de la T-4. El elemento central del mismo es un arco atirantado que atraviesa toda su estructura, dividiendo la vía en un doble plano que sitúa sus partes en cada lateral de la espina. De esta forma, según el proyecto se conforma una cuádruple malla decalada que garantiza la transparencia visual y la dota, además, de un carácter dinámico, generador de luces y sombras, que reverberan y enriquecen las sensaciones visuales de las perspectivas. La vía también ha sido dotada de un estilo aerodinámico, que lo vincula a las formas de la propia industria aeroespacial y de los diseños industriales.