www.euroinmo.com

UN FRENO A LA ACTIVIDAD INDUSTRIAL

Carlos Moreno

Dtor. Comercial Napisa
El mercado de suelo industrial está actualmente en una fase de desequilibrio debido a su exceso de demanda y la escasez de oferta de suelo finalista. La situación es especialmente grave en Barcelona y en Madrid, aunque en este último caso, tenderá a estabilizarse cuando la bolsa de suelo en desarrollo salga al mercado a medio plazo. Por el momento, la escasez y el elevado precio del metro cuadrado suponen un freno para sus economías, particularmente en Barcelona donde además existen dificultades orográficas. Otras zonas de pujante desarrollo como es el arco mediterráneo se ven también afectadas, aunque en ciudades como Valencia en breve habrá enormes cantidades de suelo disponible.
La tendencia actual es a la deslocalización de la actividad de los grandes núcleos industriales para conseguir suelo finalista más barato a distancias cada vez más alejadas. Provincias próximas a Madrid, como Toledo, Cuenca y Guadalajara, están en un desarrollo industrial incipiente porque disponen de mucho suelo, más barato y cada vez con mejores ejes de comunicación. Tarragona en primer lugar y Gerona en segundo siguiendo un eje paralelo al Mediterráneo, son las dos provincias que más se benefician de este fenómeno de deslocalización en Barcelona.
La industria logística está, en particular, afectada por el desequilibrio del mercado del suelo debido a su necesidad de grandes viales y parcelas con ocupaciones muy bajas y grandes campas para el tránsito y estacionamiento de vehículos pesados. La pequeña industria requiere espacios mucho más reducidos, pero se resiente especialmente de los elevados precios por la necesidad de estar cerca de los núcleos urbanos e industriales, según se trate de industria orientada al consumo del gran público (industria escaparate) o bien orientada a prestar servicios auxiliares a la industria tradicional. En muchos casos ambas actividades se complementan ocupando la industria escaparate las zonas preferentes del polígono.
Ajena a la tendencia anterior, la construcción de mininaves, de entre 500 y 1.000 metros cuadrados, vive un buen momento. Su éxito se debe fundamentalmente a tres factores, por un lado, el pequeño industrial se beneficia de un producto de calidad terminado, homogéneo, versátil y más barato al no tener que contratar por un lado el proyecto y por otro la construcción. Se evita además de esta forma la antigua configuración de polígonos a base de naves heterogéneas en las calidades, en las alturas, en los retranqueos, o en los acabados. Por otro lado el promotor, en muchos casos residencial, encuentra un nuevo producto con mucho recorrido en el mercado que es bien aceptado por industriales pero también, y esta es la tercera causa del éxito de este producto, por los pequeños inversores que encuentran una alternativa a la inversión residencial menos arriesgado y con las mismas exigencias financieras.
Los organismos públicos tienen que reflexionar sobre su aversión a vender suelo a las promotoras industriales, como ya lo hicieron con las residenciales, a las cuales no tienen ningún reparo en vender suelo, para conseguir atender a una demanda real del mercado de la pequeña industria que requiere un producto barato y sin tener que asumir el riesgo y la dedicación que supone ejecutar una obra buscando un proyecto adecuado, la tramitación de las licencias y la adjudicación de la obra en muchos casos a los diferentes gremios que han de intervenir en la misma.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios