Fichajes e impuestos

La carrera hacia las urnas del 2008 ha comenzado con una salida fulgurante. Ninguno de los corredores quiere estar lejos de la cabeza y todos creen que la mejor forma de hacerlo es con un sprint en los primeros metros. Corren el peligro del desfondamiento, de llegar muy cansados a la parte final, de no aguantar el ritmo de los rivales o simplemente de dejar al descubierto sus debilidades justo cuando más falta les haga el encubrirlas.
El hecho cierto es que el Debate sobre el estado de la nación ha servido para dar el pistoletazo y para que los dos grandes favoritos a la victoria final, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se hayan lanzado por la pendiente de los fichajes estrella y las suculentas y aparentemente rentables promesas de bajadas de impuestos.
El presidente se cree victorioso del Debate y ha intentado rematar la faena con dos un cambio de ministros y la vuelta de José Bono para que encabece la lista a las generales por Toledo y ocupe la presidencia de las Cortes. A los tres golpes, que han buscado un KO demasiado prematuro (quedan ocho meses y un verano y una Navidad por medio) Mariano Rajoy ha respondido con la elección de Juan Costa, hombre de Rodrigo Rato, para coordinar el programa electoral y la primera de lo que suponemos será un rosario de ofertas: la bajada de impuestos. El dirigente popular prepara más “caras nuevas” para el próximo otoño que le permitan también viajar hacia el centro político, territorio que va a convertirse en el “paraíso perdido” y ahora buscado por las dos grandes formaciones.
Zapatero y Rajoy parten del mismo principio: tienen seguros seis millones de votos y necesitan otros tantos si quieren alzarse con el triunfo. Lejos ambos de las mayorías absolutas y sabedores de las dificultades para pactar con los nacionalistas, los mensajes enviados hacia esos grupos no dejan de producir cierto bochorno. Sentimiento que se incrementa al escuchar las reacciones de los posibles compañeros de viaje mientras pactan y repactan en autonomías y ayuntamientos.