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Vacaciones en Madrid

La frase, ya lejana en el tiempo, del Marqués de la Valdivia: “Madrid, en agosto y sin familia: Baden-Baden”, es difícil de aplicar en los tiempos actuales, porque los que se quedan, lo hacen con la familia, y en buena parte de los casos no por gusto, sino por necesidad. La culpa es, principalmente, de las hipotecas.
Y es que un 60% de los madrileños, según reflejan las estadísticas, están endeudados para pagar su vivienda. Estas dificultades se extienden a los que viven en alquiler, que ven como la renta sube en mayor proporción que los ingresos.
Pero no hay que dramatizar. Madrid, en verano, si no se trabaja, y se pueden acomodar los horarios a las temperaturas, es una ciudad que permite disfrutar del tiempo libre como pocas, y así lo entienden los miles de turistas que acceden a la capital y sus alrededores en los meses estivales. Piscinas a precios asequibles, espectáculos artísticos al alcance de todos -los Veranos de la Villa son un ejemplo- transportes públicos menos congestionados y terrazas para pasar las horas nocturnas. Por otra parte, los que se queden se van a ahorrar largas caravanas en las carreteras, colas por conseguir una silla en un chiringuito playero, precios abusivos en muchos establecimientos vacacionales, y los gastos en una gasolina que se ha puesto por las nubes.
Desde hace ya varios años, las autoridades municipales y autonómicas y los empresarios se han puesto de acuerdo para que la oferta gastronómica y de ocio no disminuya en estos meses. Cada vez son más los establecimientos, sobre todo en el centro, que permanecen abiertos. La ciudad no pierde su ritmo, y los que se quedan, voluntaria o forzosamente en Madrid, pueden descansar o divertirse, según les plazca. Claro que no faltan inconvenientes. El Ayuntamiento aprovecha estas fiestas para renovar el pavimento, con obras siempre molestas y en los barrios sí se nota el cierre de pequeños comercios por vacaciones, y en los centros sanitarios hay servicios que no funcionan, o lo hacen a medio gas.
Pero recordando la frase de Valdivia, podemos decir que Madrid, en agosto, y aún con la familia, es mejor que Baden-Baden.
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